Ringuelet

Dulce despertar

de zapatitos en la mesa

no hay mejor casa

que aquella.


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Mi fai paura /ME DAS MIEDO

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                                                                                                   ME DAS MIEDO Napoli, 3 de enero 2023 Estampa xilográfica y tipográfica de Mariana Chiesa Mateos, Boloña, 2020.  All Copyrights Reserved to the artist.   A Gabriela Wiener por su Huaco Retrato .  A mi mamá, que la extraño y no la echo de menos . A mi abuela Delia, la hija de un peón rural y una historia mestiza,  laberinto ancestral silenciado.  Alle mie bisnonne terrone, todas ellas italianas del sur,  a las que la línea paterna argentina europeizante nunca nombra. A todxs lxs, las y los marrones, sudakas,  indígenas y migrantes del Sur del mundo viviendo en ...
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A mí el lesbianismo me regaló la poesía.

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Este poema me lo regaló hace pocos años mi primer amor #lesbiano.  Sin embargo, habían pasado varios años, unos cinco podría decir con poca certeza, de nuestro último beso.  Digo mi primer amor #lesbiano porque con el tiempo, los activismos y los trabajos internos, descubrí que había tenido muchos otros amores lesbianos antes de ella, Bela. Amores invisibles hasta para mí, encubiertos en sentimientos de amistad, de admiración, de contemplación, pero sobre todo, de envidia.  A través del feminismo descubrí que muchas de las mujeres que me habían causado envidia a lo largo de mi vida, aparentemente heterosexual, en realidad me gustaban.  ¿ Cuántas formas tiene de enmascararse lo que "no se debe" ver?  Pero insistente, irreverente, yo digo que éste fue mi primer amor lesbiano, aquel que fue visible para mí mientras era visible para otras también, porque sucedió en un encuentro con otras feministas, algunas lesbianas, otras no, todas en íntima complicidad y fervient...
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las vidas mestizas//

Aquel día que volví de Barcelona pensé en las formas inesperadas en que las vidas mestizas se interconectan.  Los primeros días me quedé en casa de mi amiga Andre, en la Barceloneta. El día antes de mudarme a mi otro barrio catalán, como es mi costumbre nómade de visita en la ciudad, aproveché para ir a una peluquería para "hombres", barberia le dicen aquí en Italia. Quería solo raparme un lado de la cabeza, y entonces me dije, para qué voy a ir a una peluquería de esas que salen más de treinta euros. Al entrar vi dos muchachos jóvenes con cortes de pelo como el mío, me sumergí en los colores estridentes y el sonido de la música desconocida que reconocí como de idioma arabe con una base latina, un ritmo mestizo. Sin lugar a dudas me resultó agradable, incluso familiar. Me saludó uno de los dos muchachos y me hizo sentar. Él, José, un colombiano que después de confirmar mi acento en las dos primeras palabras que dije, se pegó a mi argentinidad y empezó a relatar las peripecia...
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