nepantlera °

  Este ya es otro poema   A Flor L.   Hoy me enojé muchísimo y envié un mail  diciendo lo que quería decir (hace meses) a las estúpidas serpientes   Después de ese pico de adrenalina me sentí vacía, sin fuerzas, indefensa. Tomé un café a las 20.30 (en mí casa sería la hora de la cena) pero éste ya es otro poema de esos que no valen la pena.   -Pensé que era otro tema, no otro poema- me dijo la mendocina -pero  ambos funcionaban-   Me habló de Polanyi,  un autor húngaro dijo al pasar mientras yo solo saboreaba   aquella empanada de ozobuco, la que comimos en ese bar porteño al que fuimos una tardecita de primavera.   Y si fuéramos a tomar  un vermú  a la esquina del Arte1   -pero ambos funcionaban - allí donde ese hippie italiano prepara  tapas veganas  escenario incompresible  donde ahora me pierdo palabras rotas de mi fragmentada existencia.

Siempre me pregunté si la nieve la luz o la sombra.  Allí donde perderse ya ves,          no cuenta.  El arte de volver tu ritmo  o tu naturaleza             no hay certeza.

Ves el espacio entre tu nariz que toca apenas la mia el espacio entre mi boca y tus dientes el espacio entre tu aro  y mi vergüenza  ves cómo forman una figura misteriosa  como vos  como yo   la que me encuentra  perdida  entre vos y mi melancolía  entre vos y yo, vibra, el aullido  de tu corazón desnudo.

Dulce despertar de zapatitos en la mesa no hay mejor casa que aquella.

Hay paisajes que son refugio,  no siempre tan luminosos -y rara vez agradecida- no siempre tan tangibles. Pero amiga, en los momentos  de derrota -qué significa, decías- donde la gran D         dolor         desorientación          desolación  desborda el cuerpo es menester  allí  estar presentes de cualquier forma, aquella forma, la que sea posible. .

Las rejas en las ventanas el termo trucho pagar el agua con billetes de cien la risa sin filtro "tené cuidado", roban cobre. La amplitud  del cielo, roto pampeano sus nubes como ovejas el color  profundo  del cielo patagónico. Comprar todo  antes de las elecciones las madres adolescentes el "estoy re loca"  por fumar un faso. El río marrón tomar café con leche  en una estación de servicio. Cumbia en el auto con amigas que lloran en cualquier lugar a toda hora.  Puertas pentagono la confianza desmedida,  cuidar los "datos". La fuerza oceánica las calles de tierra hablar de las elecciones en cualquier lugar los ríos helados el cauce incompreso palabras en diminutivo las casas de artesanías  y los quioscos donde se escucha  tecno,  ¿ se decía marcha? Cartoncito para la mesa que tambalea el abrazo con el cuerpo.